¿Enseñar a un perro a dormir en su cama o permitirle dormir contigo? ¿Qué es lo correcto? ¿Cómo hacer para que el perro lo entienda? Acá te lo explicamos.
No hay una norma que diga qué es mejor. En realidad, cada persona elige qué prefiere.
Dejar dormir a un perro en la cama no tiene nada que ver con perder el liderazgo. Si compartes la cama con tu perro no significa que seas más permisivo ni menos hábil en su educación.
La proximidad y el contacto físico en momentos de relax es una de las conductas afectivas que contribuye a reforzar los lazos entre individuos de un grupo social.
En cualquier caso, hay razones higiénicas y otros motivos que pueden justificar perfectamente el hecho de no querer que nuestro perro suba a nuestra cama. No hay nada de malo en ello. Cada persona o familia escoge qué prefiere.
¿Qué tipo de perros NO deberían dormir en la cama del propietario?
Perros con hiperapego hacia sus dueños: si has notado que tu perro sufre cuando se separa de ti, que es incapaz de quedarse tranquilo cuando lo dejas solo en casa, o si necesita siempre de tu presencia para sentirse seguro, entonces lo mejor será que le enseñes a dormir en su cama. En general, deberías intentar promover su independencia y enseñarle a sentirse seguro sin ti a su lado. Puedes colocar su camita en tu habitación, pero sin necesidad de que duerma en contacto total contigo. Es un aprendizaje progresivo pero de valor.
Perros que presentan problemas de agresividad por protección de recursos: si has notado que tu perro protege objetos, personas, o incluso zonas de la casa, no permitas que duerma en tu cama. Si tu perro gruñe, enseña los dientes o ladra de forma amenazadora cuando quieres quitarle un juguete, la comida, cuando quieres apartarlo de algún sitio, cuando le pides que baje del sofá, entonces NO le dejes compartir tu cama. La cama puede convertirse en un recurso que quiera proteger y ser el detonante de un conflicto.
¿Cómo enseñar a un perro a dormir en su cama?
Enseñar a un perro a dormir en su cama desde el primer día
Lo primero y más importante es que todos los miembros de la familia tengan claro que el perro NO debe subir a la cama. La consistencia en las reglas es la regla básica. Además de eso, hace falta:
Escoger un lugar adecuado para dejar la cama del perro: debe ser un lugar tranquilo, fuera de las zonas de paso, y dentro del área donde se desarrolla la vida familiar. Los perros son animales sociales y buscan el contacto con el resto de miembros del grupo. La ubicación puede ser móvil: podemos trasladar la cama del perro donde necesitemos para que éste se sienta acompañado y a gusto.
Elegir una buena cama para perros: No hay que regatear en la calidad. Vale la pena elegir una que sea cómoda y que aísle bien de la humedad del suelo. Te invitamos a revisar nuestra colección de camas para perros y a elegir tu favorita. Debes escoger una que le permita sentirse cómodo y que le proporcione el espacio necesario para dormir tanto enroscado como completamente estirado.
Algunos perros prefieren las camas con bordes. Otros, las planas. Para los perros ancianos, lo mejor es evitar los bordes para facilitar el acceso al colchón.
Redirigir al perro a su cama: Cada vez que el perro intente dormir en el sofá, en nuestra cama o en cualquier otro lugar al que no queramos que tenga acceso, podemos guiarlo hacia su cama diciéndole “a tu cama”, señalando el lugar con nuestro brazo y mano, y enseñándole al perro un premio. Mostrarle un premio y dejar que lo siga con el hocico, mientras le guiamos hacia su cama, es la mejor manera de indicarle al perro cuál es su sitio. Una vez esté sobre la cama, lo premiaremos. Es recomendable que el premio no sea sólo comestible: una vez que el perro esté en su cama, podemos premiarlo con caricias y masajes que le inciten a relajarse. Estas caricias suelen gustarles aún más que los premios comestibles porque implican un contacto directo y afectivo con nosotros.
Aumentar la permanencia en la cama: La idea del masaje es para lograr que el perro se acostumbre no sólo a ir a su cama sino también a permanecer allí. Que entienda que el premio no es sólo por llegar al sitio sino por quedarse en él.
Prenda con nuestro olor: muchas veces ayuda cubrir la cama del perro con una manta que hayamos usado y tenga nuestro olor. Sentir nuestro olor resulta reconfortante para muchos perros.
Enseñar a un perro a dormir en su cama si está acostumbrado a dormir en la tuya.
Para enseñar a un perro que duerme en nuestra cama a dormir en la suya, hay que seguir todos los pasos anteriores y, además, se pueden aplicar los siguientes remedios:
Cerrar la puerta de nuestra habitación: antes de tomar esta determinación, hace falta haberle enseñado al perro a sentirse seguro y confortable en otra estancia de la casa.
Como siempre, la mejor manera de enseñar a un perro es mediante un aprendizaje progresivo (no le cerremos la puerta de un día para el otro porque eso generará mucha frustración difícil de gestionar). Por eso, podemos aprovechar los ratos cortos de la siesta para empezar a enseñar al perro a tolerar que nosotros nos vamos a nuestra cama y él se queda en la suya.
Molestar al perro cuando sube a la cama: es un remedio sencillo y muy funcional. Si no paramos de movernos cuando el perro sube a la cama, al final decidirá que no es un lugar confortable para dormir y optará por su propia cama. Hagámoslo de forma natural pero insistente.
Sábanas de plástico: en algunos casos, se pueden comprar algunos metros de plástico (del que venden para tapar la ropa tendida cuando llueve, por ejemplo) y usarlos como sobre-sábana durante las primeras noches. El tacto del plástico no es agradable y los perros prefieren dormir sobre superficies de tela.
Post sacado del blog Si Mi Perro Hablara.
Muy buenos consejos voy a comenzar desde ya ,tengo dos regalones que ya casi no nos dejan movernos con mi marido porque duerme uno a cada lado y bien pegados